Rafa Nadal, 34 años y nº 2 mundial, miró al precipio, pero se negó a caer. Feliciano López. 39 años y nº 64 ATP, le llevó al límite, y él respondió como uno de los grandes remontando el partido para ser el cuarto profesional que firma las 1.000 victorias en el circuito masculino. Tras el estadounidense Jimmy Connors (1.274), el suizo Roger Federer (1.242) y el checo Ivan Lendl (1.068).
Hacía más de un año que no competía en indoor y pista dura, desde la conquista de la Copa Davis en la Caja Mágica, precisamente frente a un Feli más rodado y que había disputado ya un partido en el Accor Arena batiendo a Filip Krajinovic por 7-6 (13-11) y 6-1.
Le costó a Nadal adaptarse a los nuevos elementos, pero tiene la fuerza mental de su decimotercer Roland Garros, reciente, del 11 de octubre, y fue de menos a más para acabar doblegando la resistencia de su amigo, imponiéndose por 4-6, 7-6 (7-5) y 6-4 en 2h.30’. Hizo 16 ‘aces’, una barbaridad para él. Más normal fue la cifra de 22 de Feliciano.
Este jueves, sobre las cinco de la tarde, cita inédita de Rafa Nadal con el australiano Jordan Thompason, quien también levantó un partido adverso ante el croata Borna Coric, venciendo por 2-6, 6-4 y 6-2. Inesperada presencia en octavos del ‘aussie’, 26 años y 61º ATP.
Nadal rozó el adiós en un torneo del que se marchó las tres ediciones anteriores lesionado, en el que tiene como mejor resultado la final perdida ante el argentino David Nalbandian en 2007. Se halla en terreno hostil, aunque mejor preparado que en otras temporadas ya que no acumula el desgaste físico de un calendario cargado. Es sólo su tercer torneo desde marzo.

Nadal
Entre esta frescura y el empujón de Roland Garros, Nadal halló el camino de desequilibrar un partido que Feliciano López mantuvo igualado durante una hora y 50 minutos, hasta que el balear forzó la tercera manga dominando el ‘tiebreak’ y consiguiendo por fin romper el saque del toledano, justo a continuación, en el juego inaugural de la tercera manga.
Fue la única concesión de Feliciano López, que en la séptima bola de ‘break’ en contra se dejó ir. Perdió el saque en blanco, deshinchándose por la pérdida del ‘tiebrak’. Le costó aún más caro que la rotura sufrida por Nadal en el juego inaugural de la contienda, que le valió ir a remolque, si bien nunca dejó de creer en que le daría la vuelta a la situación.
Lo hizo ganando por décima vez a Feliciano López, que por instantes vio la opción de batir a Rafa Nadal por quinta vez, tercera consecutiva. Pero el toledano conoce muy bien al balear, que hace falta mucho para batirle, y ese extra de desborde lo tenía hoy el hombre de los 20 Grand Slam, de las 1.000 victorias ATP.